Uno de los atractivos de Londres desde la vertiente cultural es la gratuidad de sus museos. Sin embargo, la crisis también golpea a éstos y, parece, a partir de ahora dicha gratuidad desaparecerá.

Efectivamente, parece que ese atractivo de los museos londinenses desaparecerá en breve, ya que, como leemos en el diario El Mundo, la crisis económica ha hecho disminuir las donaciones corporativas con las que se sostenían buena parte de los museos de la capital británica, a través de un sistema que permitía la, hasta ahora, entrada gratuita a gran número de museos de la ciudad. De esta forma, la actual entrada gratuita será sustituida por un sistema de donaciones voluntarias por parte de los visitantes que permitiría sobrevivir a algunos museos al borde de la asfixia económica.

Este nuevo sistema no supondría, sin embargo, un impedimento o un obstáculo para las rentas más bajas a la hora de disfrutar de los museos de Londres, ya que, como de su propio espíritu se desprende, sólo consistiría en sustituir la entrada gratuita por una donación voluntaria del importe que quisiera el visitante, con lo que, en cierto modo, el carácter gratuito continúa conservándose, pero añadiendo un valor añadido a la visita, recordando al visitante que, a pesar de la gratuidad, la cultura tiene un valor intrínseco que debe ser apreciado por quienes disfrutan de ella.

El anuncio lo ha realizado el Alcalde de Londres, Boris Johnson, quien, acompañado del actor Kevin Spacey, ha indicado que “sería una buena idea que las personas pagasen el precio que considerasen por la visita; creo que podría funcionar y que deberíamos hacerlo”. Asimismo, ha indicado, en la línea de lo apuntado anteriormente, que “si, a partir de ahora, se empieza a pagar una cuota voluntaria, los jóvenes se darán cuenta de la importancia de las instituciones culturales”, de modo que, con ello, se conseguiría un doble objetivo: por un lado se obtendría la financiación necesaria para los museos londinenses en estos tiempos de crisis; y, por otro lado, se conseguiría concienciar a la sociedad del inmenso valor que se atesora en los museos y de la indispensable labor que cumplen, algo que muchas veces deja de apreciarse si el ciudadano tiene la impresión de que lo que es gratuito no tiene ningún o escaso valor.

Parece, por tanto que, a partir de ahora, cuando visitemos los museos de Londres, tendremos que rascarnos el bolsillo, aunque recordando también que será un ejercicio voluntario, quedando en la conciencia de cada uno el determinar qué valor tiene para nosotros el arte y la cultura que encierran los museos y que se ponen a nuestra disposición tras el esfuerzo y el trabajo de multitud de personas deseosas por mostrarnos el resultado de su tesón.

En cualquier caso, a pesar de que tengamos que pagar lo que se llama “la voluntad” para entrar en los museos de Londres, la verdad es que vale la pena hacer un pequeño esfuerzo económico para disfrutar de los siglos de Historia, Arte y Cultura con mayúsculas que nos ofrecen y que enriquecen aún más cualquier visita a la capital británica.